En que consiste el gusto estetico

Norma de gusto de Hume
La imagen de cabecera de este post es en sí misma una prueba de gusto: Saturno devorando a su hijo, de Goya (izquierda), y Saturno devorando a su hijo, de Giulia Lama (derecha). No muy lejos está la cita inicial que expone la tesis general de lo que seguirá: que el límite de nuestro ser concreto es el límite de nuestras capacidades de percepción de lo que existe, y en este caso particular la capacidad de percibir la Belleza. Aquí puede surgir un malentendido muy evidente, que confunde la cita de Blake con una afirmación de la naturaleza relativa de la Belleza, cuando afirma con la misma rotundidad la naturaleza relativa del perceptor de la Belleza.
El asunto de la objetividad de la Belleza no puede desarrollarse satisfactoriamente aquí, pues la explicación concierne tanto a lo que es la objetividad en sí como a la forma que tiene la Belleza y el sujeto que la degusta (y más), pero algunas razones preliminares se dan en otro post, Objetividad Estética: Algunas insinuaciones, hacia el por qué tal afirmación no debe ser rechazada de plano. La adecuada ubicación y relación del concepto de gusto estético con la Belleza requiere al menos esto para que lo que diré tenga un mínimo sentido. También es necesaria una noción general de la medida de la Belleza, ya que la medida del gusto en relación con la Belleza se refiere a lo que se llama la Idea. Todo lo que hay aquí, espero que quede claro, no es definitivo. Se trata de mi proceso de pensamiento sobre estas cuestiones, un proceso de pensamiento que es mi ejercicio personal para desarrollar mi cognición y la profundidad de la investigación. Si un lector encuentra esto interesante, o mejor aún, le estimula a pensar más, es todo lo que podría esperar de este trabajo.
La estética de Hume
El gusto es el tropo más común cuando se habla del juicio intelectual sobre el mérito estético de un objeto. Esta popularidad alcanzó un grado sin precedentes en el siglo XVIII, que es el tema principal de este artículo. El gusto se convirtió en un concepto principal de la estética. Esta prominencia fue tan pronunciada que podría parecer que el gusto como idea estética se desarrolló de la nada durante esta época. Sin embargo, las raíces de las teorías del gusto se remontan, como muchas cosas, a Platón y Aristóteles. Al hablar del alma humana, por ejemplo, Aristóteles subrayó el papel que desempeñan los sentidos en la obtención de conocimientos y la formulación de juicios. Como condición para los seres sensibles, el tacto es el principal componente del gusto, ya que la lengua debe tocar lo que prueba. Así pues, la idea de que el gusto puede utilizarse para emitir juicios estuvo presente desde el principio, como idea embrionaria de las teorías más sólidas del gusto.
Aunque no es ningún secreto que las teorías del gusto prosperaron en los siglos XVII y XVIII, puede resultar sorprendente por el nuevo enfoque intelectual. La ciencia y las facultades superiores de la razón recibieron un mayor énfasis, mientras que Alexander Baumgarten comenzó a utilizar la palabra estética para referirse a las facultades inferiores del juicio. El motivo por el que estas facultades inferiores llegaron a ser tan populares es inusual tras los avances científicos y las ideas de la época. Pero estos filósofos se dieron cuenta de que había algo en la experiencia común ante la belleza que no entendían. Tal vez, la gente comenzó a creer que los seres humanos son realmente la medida, ya que estaban haciendo estos nuevos avances intelectuales. Y la capacidad de juzgar la belleza se volvería más importante, ya que creían que sus juicios eran más precisos o sustanciales. Sin embargo, seguían sin ponerse de acuerdo sobre la especificidad de los juicios. Para David Hume, el gusto es un sentimiento subjetivo con una norma que se encuentra dentro de los espectadores. Para Alexander Gerard, el gusto es un acto de la imaginación. Para Immanuel Kant, el gusto es subjetivo, pero los objetos bellos se presentan como si tuvieran un atractivo universal. Y esto es sólo una muestra de las diferentes ideas.
Sinónimo de gusto estético
¿Puede haber una filosofía del gusto? Este artículo comienza planteando algunas cuestiones metafilosóficas sobre el estudio del gusto: en qué consiste y qué método debemos adoptar para llevarlo a cabo. Se sugiere que el mejor punto de partida para filosofar sobre el gusto es el trasfondo de la epistemología y la filosofía de la mente del siglo XVIII, y las herramientas conceptuales que este nuevo paradigma filosófico conlleva. La noción de gusto estético, en particular, que surge de un creciente sentimiento de insatisfacción con una categoría indiferenciada de gusto, viene a diferenciarse del gusto gustativo por su normatividad y sus aspiraciones de objetividad. Se examina la paradoja del gusto, tal y como se encuentra en Hume y Kant, y se demuestra que es muy relevante para el debate metafísico contemporáneo dentro de la estética. En concreto, este artículo sostiene que tanto los realistas como los antirrealistas se apoyan más de lo que se supone en la idea del gusto.
Juicio estético
Dentro de la filosofía, la psicología y la neurociencia, la investigación sobre la identidad personal ha tendido a centrarse en ciertos rasgos como la memoria o la experiencia de agencia. Sin embargo, en la vida cotidiana, las identidades que construimos y transmitimos a los demás suelen estar relacionadas con nuestras preferencias: las cosas que nos importan y nos gustan. Recientemente, este aspecto de la identidad se ha estudiado centrándose en los valores morales. Varios estudios han sugerido que los cambios en los valores morales se interpretan como cambios en la identidad personal (Strohminger y Nichols, 2014; Prinz y Nichols, 2016; Heiphetz et al., 2017). Pero, ¿qué pasa con otros tipos de valores? Nuestra vida cotidiana está repleta de decisiones que reflejan nuestros valores y preferencias estéticas. ¿Qué me pongo? ¿Qué veo en la televisión? ¿Qué música escucho? Algunos siguen a su músico favorito en las redes sociales y adaptan otras preferencias estéticas a partir de ellos. Otros invierten tiempo y recursos importantes para ver exposiciones de arte en los museos. Nuestra hipótesis en este trabajo es que las preferencias estéticas y las artes podrían estar también estrechamente vinculadas al yo y que un cambio en el gusto y los valores estéticos puede interpretarse como un cambio en lo que uno es.

Bienvenidos a mi espacio personal en Internet donde podrás encontrar información y el mejor contenido informativo sobre temas relacionados a estética, belleza y cuidado personal.
Otros artículos que pueden ser de tu interés